Mis perritas Niña y Sai -de mi mamá- tienen aquí un merecido homenaje. Sólo quien tiene mascotas puede entender con justicia este bello epitafio que Lord Byron le escribió a su amado perro... me conmovió hasta la médula:
"Aquí reposan los restos de un ser que poseyó la belleza sin la vanidad, la fuerza sin la insolencia, el valor sin la ferocidad. Tenía la grandeza de los grandes hombres y ninguno de sus defectos".
Tomado de: http://www.clubdelibros.com/anecdotas.htm
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